El e-learning es en realidad un concepto teórico que lleva desde desarrollándose y evolucionando desde la década de los 80, es decir, más de 30 años, y que poco a poco va penetrando por méritos propios en el mundo de la formación.
Técnicamente el ‘electronic learning’ o
aprendizaje electrónico ha introducido en el mundo de la educación toda
una serie de ventajas indiscutibles al permitir la formación sin
desplazamientos, descentralizarla de los los grandes centros de estudio
rompiendo así su tradicional monopolio didáctico y haciendo el
aprendizaje más asequible al bolsillo de muchos. El e-learning es toda una metodología didáctica
con gran proyección técnica y un complejo calado tecnológico tras él,
basado en una idea muy universal y humanista: hacer la formación más
asequible a más gente.
Pero el verdadero éxito del e-learning
radica en cómo la tecnología, cada día más extendida y menos cara, está
logrando de una forma completa y muy atractiva acercar los conocimientos
y la formación a una masa crítica social cada día mayor que está
descubriendo entusiasmada que estudiar desde casa es posible y útil.
¿Has observado alguna vez a un niño de 4
años con un móvil o una tablet? Préstale atención discretamente y verás
cómo, de una forma totalmente intuitiva y natural,
el niño aprende a manejar la pantalla plana que tiene entre sus manos,
hipnotizado por el misterioso mundo de posibilidades que se abre ante
él.
El niño aprende jugando, experimentado,
se ilusiona con lo que le rodea y avanza en el conocimiento casi sin
darse cuenta. Si a un niño le entregamos un juego de piezas, aprenderá a
construir estructuras con él. Si le entregamos una tablet, aprenderá a
navegar con ella. Para un menor la tecnología es una mera herramienta
más, ellos son nativos digitales, algo que los adultos nunca podremos llegar a ser por una cuestión meramente generacional.
Nosotros descubrimos la formación on line.
Los niños, si se les permite, no estudiarían de otra forma. Ellos son
más conscientes que sus padres, y de una forma mucho más intuitiva, de
las posibilidades reales que proporcionan las herramientas por Internet.
Los pequeños no tienen prejuicios, si estudiar on line es sencillo
y está al alcance de sus manos, los niños usarán la pantalla también
para aprender. Somos nosotros, sus mayores, los que tenemos la
responsabilidad de abrirles ese camino para que esa posibilidad sea una
realidad ¿Pero estamos preparados para facilitarles ese viaje? En
realidad, si queremos saber cuáles son los auténticos caminos del e-learning en el futuro, sólo tendríamos que darle una tablet a un niño y observar cómo va aprendiendo.
Por Carmen López Cueto | Responsable de Comunicación
1 comentario:
Muy buen artículo Carmen, yo pensaba que era una locura hasta que vi a mi sobrina con una entre sus manos :)
Un abrazo,
iRe.
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