martes, 27 de agosto de 2013

E-learning del Siglo XXI: tablet, PC, portátil, móvil y… televisión por Javier Luque



Todos recordamos los primeros momentos del e-learning, cuando veíamos un mundo nuevo lleno de posibilidades, aunque aún había mucho por hacer.
Por una parte, los proveedores, es decir, las empresas de formación, veían la opción de ahorrar costes, ampliar su público objetivo y poder ofrecer así precios más competitivos.
Por otra, los alumnos se sentían seducidos ante una modalidad formativa que les permitía estudiar a su ritmo, sin límites geográficos, pudiendo ampliar su currículum con formación de una manera más cómoda y accesible.
La combinación del ahorro de costes y la libertad en el aprendizaje  derivó en primera instancia, salvo honrosas excepciones, en un e-learning donde el texto y la poca interactividad eran la nota predominante.
Actualmente el e-learning ha cambiado drásticamente y ha elevado su estándar de calidad hasta acceder a la primera división de la formación para competir en igualdad de condiciones con la educación presencial. En el e-learning del siglo XXI prima la calidad de la enseñanza, apoyada en la constante evolución de las TIC.
Las nuevas metodologías de formación online, como la ONROOM (http://www.verticebs.com/metodologia-onroom.html), impartida sobre una plataforma 3D, hacen uso de la videoconferencia en vivo para formar al alumno de la forma más parecida a como se hace en una clase real; ofrecen clases grabadas; integran las redes sociales en la enseñanza (social learning) permitiendo el multidispositivo (versión móvil de plataforma)…
A todo ello se suman contenidos interactivos bajo HTML5 con videos, audios, actividades, etc. que hacen interactuar al alumno y no sólo le ofrecen texto tras texto, lo que le aportaría lo mismo que leerse un aburrido manual.
Ésa es la metodología del e-learning de hoy, un espacio donde el alumno debe querer formarse y adquirir conocimiento, por eso se le ofrecen los servicios didácticos más óptimos para hacerlo.
Porque el secreto de toda formación online es incitar al alumno a aprovechar la experiencia, a formarse con mayúsculas. El incentivo de rellenar currículum debe pasar a segundo plano y, para conseguir eso, el e-learning se supera técnica y metodológicamente cada día que pasa, incentivando el entretenimiento entendido como formación.
¿Cómo aprende mejor un niño pequeño: jugando? Y los que somos un poco más mayores no tenemos ganas de llegar a casa, cansados, y ponernos a leer un texto en una pantalla ordenador, ¿Por qué no ofrecerle al estudiante cursos en su pantalla plana de TV, acomodado tranquilamente en su sofá, haciendo uso del mando a distancia?  ¿O sentado ante una tablet mientras espera del autobús apreciando el valor didáctico y lúdico de unos contenidos muy visuales?
Está claro. El e-learning se basa en la tecnología. Y hay que utilizar toda esta tecnología para dar el salto necesario y entender cuál es el verdadero futuro de la formación online.

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